¡Buenas!
Hoy vuelve a ser el día del niño e, igual que el año pasado, os traigo un libro para los más pequeños de la casa. Concretamente quiero hablaros de un libro de la autora de la saga Crónicas de la Torre, Laura Gallego. Como esos libros me gustaron, decidí darle una oportunidad a este ¿y qué mejor momento para hablar de este libro que el día del niño? En este caso, como entiendo que el libro no es para vosotros (directamente) os hablaré de la historia mientras voy dando mi opinión, por lo que esta reseña sí o sí tiene spoilers. ¿Empezamos?
La historia empieza con Ratón, un joven posadero que persigue a un gato por petición de su jefe. Sin quererlo ni buscarlo acaba en la habitación de un huésped un tanto especial. Con la interrupción, el huésped acaba haciendo mal un hechizo y se acaba autoconvirtiendo en cuervo. Sí, el huésped es un mago, de hecho es el mago Calderaus y no, no se va a tomar muy bien lo de ser cuervo porque con ese error también le ha transferido sus poderes al joven posadero. Por si la cosa ya no fuese suficientemente mala, la piedra que utilizaba el mago para el hechizo acaba desapareciendo y deben encontrarla para volver a la normalidad.
Durante la búsqueda del Maldito Pedrusco, muy oportuno el nombre de la piedra, pasan por el gremio de ladrones, el palacio real y acaban en el Bosque-tan-peligroso-que-de-él-no-vuelve-nadie. Allí, en el bosque que tiene un nombre demasiado largo para mi gusto, conocen a varios personajes: un dragón, los héroes del reino encabezados por la princesa y el mago de la corte que los guía a todos. En un momento dado, Calderaus acaba intercambiando su cuerpo de cuervo con el dragón y por eso acaban añadiendo más personas a su viaje en busca del Maldito Pedrusco.
El viaje que habían empezado un joven posadero y un mago transformado en cuervo ahora lo hacen también los héroes del reino, el dragón y algunos ladrones que conocieron en el gremio. Esta vez, sin embargo ponen rumbo fijo y directo hacia la isla de los Magos Torpes para deshacer todos los hechizos y volver a la normalidad del principio. El único problema es que para llegar necesitan vencer al gigante guardián del templo. Si os digo que al conseguirlo se vuelve a liar todo otra vez, ¿me creeríais? Pues deberíais, todos vuelven a su estado inicial, pero al dragón le entra hambre y se come a Calderaus, por lo que el Maldito Pedrusco acaba en manos del mago de la corte que de alguna manera le ha transferido sus poderes a Ratón. Por culpa de eso acaban teletransportándose todos a un islote en medio del mar del que tendrán que salir de alguna manera.
Creo que es un libro bastante entretenido, los personajes se meten en cada berenjenal que para salir... bueno no salen, se meten en otro. Los nombres están bien buscados porque la piedra del hechizo que desaparece no podría tener un nombre mejor, al fin y al cabo todo lo que pasa es para encontrarla. El único nombre que creo que es excesivo es el del bosque porque es demasiado largo. En definitiva, el libro me gustó y creo que si le dais una oportunidad podría sorprenderos. Supongo que habrá continuación porque para este año hay previsto que publique Héroes por casualidad. Qué me decís, ¿os gustaría leerlo?
VALORACIÓN: ⭐⭐⭐
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