Ante la llamada de socorro de su amigo el sátiro Grover, Percy acude inmediatamente en su auxilio. Y aunque va acompañado de Annabeth y Thalia, las dos semidiosas que son sus aliadas, ninguno imagina la sorpresa que los aguarda: una terrible mantícora pretende secuestrarlos y llevarlos ante el general enviado por Cronos, el diabólico señor de los titanes.
Sin embargo, gracias a la ayuda de las cazadoras de Artemisa, Percy y sus aliadas logran escapar y volver al campamento mestizo. Una vez allí, emprenderán la búsqueda del monstruo que puede provocar la destrucción del Olimpo, a pesar de que, según la profecía del Oráculo, sólo uno de ellos logrará resistir la maldición del titán.
Empezamos a ver más sobre el ejército de Tanos y los Titanes. En este caso también se unen dos nuevos semidioses a las aventuras de Percy: Nico y Bianca. Pero lo que más me ha sorprendido es que parece que a los Dioses se les está pasando eso de "no intervenir" con los mestizos. ¿Por qué? Porque Artemisa y Apolo han interferido bastante en este libro.
Para empezar, cuando las cosas empiezan a ir mal (como en la página 10, para que veáis lo mal que empieza), aparece Artemisa con sus cazadoras y sus normas anti-chicos para ayudar a Percy, Annabeth y Grover. La cosa no acaba saliendo como se esperaba y no solo pierden a Annabeth, sino que encima de los 2 mestizos que van a rescatar acaban llevando solo a 1 al campamento. Sí, Bianca se une a las cazadoras. Ahí es donde empezamos a conocer a Zoe, que vendría a ser la lugarteniente de Artemisa, y debo confesar que se me hacía muy pesada y cansina (que viene a ser lo mismo).
A partir de ahí a Percy se le empieza a ir la cabeza porque, obviamente, quiere recuperar a Annabeth. Lo que nos lleva a la misión de esta tercera parte: cazadoras y mestizos deberán trabajar juntos. Pero, ¡espera! las cazadoras no quieren a chicos en su equipo, así que... Percy vuelve a hacer lo que le da la gana (otra vez) y decide ir por su cuenta a resolver los problemas del campamento (otra vez). Si es que este chico no aprende... Pero bueno, en esta ocasión que le va bastante bien y consigue seguir a Zoe, Thalia, Bianca y Grover gran parte del camino. Eso sí, al final se le lía (otra vez) y el grupo del campamento se da cuenta de que ha hecho lo que le ha dado la gana (otra vez) y no tienen otra que aceptarlo en su equipo (otra vez).
Llegados a este punto, y medio por culpa de Percy, se ven obligados a recuperar a Annabeth mientras huyen de unos zombies inmortales. Zoe me sigue pareciendo una pesada, para que engañarnos. Pero es que encima ahora se le suma Grover con todo el tema de Pan (no teníamos suficiente con Zoe que encima Grover también se pone pesado). En su defensa tengo que decir que el momento del jabalí ha sido de lo más gracioso. Pero bueno, las cosas siguen pasando, el grupo se separa y se vuelve a unir y al final llegan a encontrarse (con un poco de ayuda de Apolo) con el ejército de Cronos-Luke y con Annabeth. Y aquí es donde conocemos a Atlas (un titán), su historia y su... ¿familia? ¡Madre mía! ahí empieza a encajar la información y a mí me estalla la cabeza🤯. Pero lo mejor es cuando mi cerebro ya estalla definitivamente cuando se descubre de quién son hijos Nico y Bianca (y todo por una rabieta de él)🤯🤯.
Como siempre, la manera de escribir de Rick Riordan me ha enamorado y enganchado por igual. Sus toques de humor hacen que la lectura se haga muy ligera y divertida. Te atrapa. Te engancha hasta que te acabas el libro y te quedas como... Espera, ¡qué?! Empezamos a ver Titanes, nuevos mestizos que pueden hacer cambiar de rumbo el protagonismo de la Gran Profecía y la locura de Luke que, sinceramente, no creo que acabe muy bien para él. Percy y Annabeth son monísimos, Grover se me ha hecho un poco pesado, Nico me da mala espina y Zoe... bueno, ya no me cae tan mal. ¡Nos vemos en el siguiente!
VALORACIÓN: ⭐⭐⭐⭐
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